Una de las maneras en las que durante el verano nuestros hábitos alimenticios afectan a nuestros dientes es la aparición o aumento de la sensibilidad dental. ¿Pero, por qué se produce?

 
Probablemente conozcas ese dolor agudo y desagradable en los dientes al meternos en la boca un bocado de helado o un trago de refresco muy frío. En cierta medida es algo normal, ya que supone un sobre-estímulo de los dientes, un golpe térmico al que nuestros dientes reaccionan. Sin embargo, hay personas que sufren este malestar con más intensidad o frecuencia, gente para quien algo tan habitual en verano como puede ser comerse un helado, puede suponer una gran incomodidad.

 
Las causas están relacionadas principalmente con la pérdida ósea en los dientes y con desplazamientos en la encía. En cuanto a lo primero, se debe en muchos casos a la común costumbre o reflejo de rechinar los dientes, para lo cual encontramos solución mediante el uso de una férula de descarga. La desmineralización del diente también puede deberse a los alimentos y bebidas con altos contenidos en azúcares y ácidos, muchos de los cuales aumentan su consumo en el verano, ya que hablamos principalmente bebidas refrescantes o helados.

 
En cuanto a las afecciones relacionadas con las encías, la mayoría tienen como factor común un mal cuidado de la higiene bucodental durante las vacaciones estivales, el descuido en el hábito de cepillarnos los dientes después de cada comida. De esa manera los residuos de la comida permanecen más tiempo del necesario en la boca, convirtiéndose en caldo de cultivo de bacterias, que se manifiestan en afecciones como la periodontitis o la gingivitis.

 
Si tener en cuenta lo anterior no es suficiente y se trata de un caso más severo, existen cremas y otros tratamientos para la hipersensibilidad dental, acerca de los que encantados te asesoraremos en Clínica Dental San Gregorio en Telde.