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¿Quieres que te cuente el cuento del Ratoncito Pérez?

El otro día, en el entorno más cercano de la Clínica Dental San Gregorio, vivimos la caída del primer diente de leche de uno de nuestros familiares más cercanos de 5 añitos y medio. Semanas antes, y siguiendo la tradición, habíamos comenzado a hablarle del Ratoncito Pérez. Ese personaje menudo y simpaticón  que deja dinero bajo la almohada a los niños que han sido buenos y obedientes cuando se les cae un diente. 

Así, de padres a hijos, de tíos a sobrinos, de abuelos a nietos … este personaje ha ido creciendo y forjándose un hueco fundamental en el imaginario infantil  junto a ilustres personajes como los Reyes Magos o Papa Noel. Pero seguramente, muchos de nosotros no nos hayamos parado nunca a averiguar de donde viene este cuento, quién lo escribió y leer el cuento original ya que, con el paso del tiempo, ha ido sufriendo algunas modificaciones además de simplificarse bastante. Esta es la razón de este artículo.

El cuento original fue escrito por Luis Coloma  (Padre Coloma) , en 1894, a petición de la regente María Cristina, madre de Alfonso XIII, y con el propio rey-niño como coprotagonista quien solo tenía 8 años por aquel entonces y ya había perdido su tercer diente. El cuento se publicó por primera vez en 1902, sin ilustraciones y con otros cuentos del mismo autor, bajo el título general de Nuevas Lecturas. En 1911, la editorial Razón y Fe publicará Ratón Pérez como un corpus independiente, con ilustraciones en blanco y negro de Mariano Pedrero. Después se cree que hubo reediciones, hasta una última publicación en 1947, también de la editorial Razón y Fe, formando parte de las Obras Completas del autor. Desde entonces no se volvió a publicar hasta 2002, año en el que la Asociación de Amigos del Libro Infantil y Juvenil sacó a la luz una edición facsímil del librito publicado en 1911.

La tradición del Ratóncito Pérez ha traspasado nuestras fronteras y se ha instalado en casi todos los países de habla hispana. En algunos casos con el mismo nombre y en otros con adaptaciones, como es el caso de México y Chile en donde se le dice “el Ratón de los Dientes” y en Argentina, Venezuela, Uruguay  y  Colombia simplemente como “El Ratón Pérez”. 

El roedor protagonista es el primer personaje ficticio al que el Ayuntamiento de Madrid homenajea con una placa del Plan Memoria de Madrid. En el número 8 de la calle Arenal, justo donde el Padre Coloma situó la vivienda del ratón se le rinde homenaje con un placa en la que se puede leer: Aquí vivía, en una caja de galletas, Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño Rey Alfonso XIII.

Ratonicto Perez

 

EL CUENTO

El cuento original lo puedes leer, gracias a la digitalización realizada por la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, en este enlace: Ratón Pérez : cuento infantil / por el P. Luis Coloma; dibujos de M. Pedrero  

 A continuación te dejamos una adaptación más corta por si quieres leérselo a tus hijos y mantener viva la tradición.

Había una vez, una familia de ratones que vivía dentro de un agujero en la pared de un enorme edificio. La casa de los ratones no era muy grande pero era suficiente para toda la madriguera.

El papá ratón iba todas las noches acompañado de su hijo menor a buscar comida a una panadería que había al lado del edificio. Allí conseguía pan del día anterior para alimentar abundantemente a toda su familia.

Un buen día el ratoncito acompañó, como de costumbre a su padre a buscar comida a la panadería, pero al pasar por uno de los departamentos se percató de que había muchas máquinas extrañas. A la mañana siguiente el ratoncito decidió ir a investigar qué era lo que sucedía en ese departamento con aquellas máquinas tan misteriosas…

Al observar detenidamente descubrió que allí, iban a colocar un consultorio odontológico, es decir, un lugar para que los humanos vayan a que les curen los dientes.

Así, el ratoncito empezó a visitar el consultorio del dentista día tras día. Poco a poco empezó a aprender cada una de las cosas que el dentista hacía para curar los dientes; aprendió sobre anestesias para aliviar dolores, sobre encías inflamadas, y hasta sobre extracciones.

Poco tiempo después el ratoncito se había hecho tan conocido entre los ratones que no solo atendía los dientes de sus familiares sino que también venían de otros lugares lejanos para atenderse con el ratoncito.

Un buen día, fue al consultorio del dentista una persona anciana. El ratoncito miró y observó cómo el dentista colocaba unos dientes fabricados en una fábrica de dientes dado que el anciano ya no tenía dientes propios.

-¿Qué sucedería con los anteriores dientes del anciano, es decir con sus dientes naturales? – Se preguntaba el ratoncito.

Poco tiempo después, visitó un anciano ratón al joven ratoncito.

  • Ya no puedo comer nada, ratón Pérez – dijo el anciano– Mis dientes se han caído – terminó de decir con tristeza.

Fue, en ese preciso momento, que el ratoncito Pérez comprendió que, si podía conseguir los dientes que los humanos desechaban, quizás estos le servirían para implantarlos en los ratones ancianos y así ellos podrían volver a comer. Pero cuando estaba pensando esto, se dio cuenta que el tamaño de los dientes de los humanos eran muy grandes para los ratones.

Días más tarde, llegó al consultorio del dentista un niño muy ansioso pidiendo que el doctor que extirpase un diente de leche ya que su otro diente (el definitivo) se encontraba a la vista.

En ese instante el ratoncito comprendió que si él lograba conseguir los dientes de leche de los niños, entonces podría ayudar a los ratones ancianos a comer de nuevo.

Fue así como, luego de que el niño se marchara del consultorio con su diente de leche  extraído, lo siguió por toda la ciudad y finalmente llegó hasta su casa.

Al querer entrar a la casa se encontró con un molesto gato a quien tuvo que evadir y por eso perdió muchísimo tiempo. Sin embargo el ratoncito era muy hábil y finalmente se deshizo del molesto gato al anochecer.

Cuando el ratón llegó finalmente al cuarto del niño, buscó por todas partes el diente de leche, pero el niño se había dormido mirando su diente al que guardó debajo de su almohada.

Como el ratoncito sabía que no podría llevarse algo que no le pertenecía, decidió comprarle su diente al niño y, cuidadosamente sacó el diente de debajo de la almohada, dejando en su lugar algo de dinero.

Por la mañana, al despertar el niño, notó que su diente ya no estaba pero sí había dinero en su lugar.

El niño llegó a la escuela y les contó todos los niños lo que había sucedido con su diente…

Y ese fue el nacimiento de la historia del ratoncito Pérez, quien se lleva tus dientes de leche pero, a cambio deja algunas monedas para ti.

Fuente: www.educapeques.com

Imagen principal: Carátula de la Película «Perez, el ratoncito de tus sueños 2» , Director Andres G. Schaer, Actores Claudia Fontan, Manuel Manquiña, Mathias Sandor, Camila Riveros, Javier Lorenzo, Joe Rigoli, Miguel Dedovich

Pais EE.UU

 

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